El uso público de la razón consiste en exponer los pensamientos y razonamientos propios a una sociedad, proclamando libremente la opinión y dejando estas ideas establecidas por medio de escritos o medios de comunicación, ésta se relaciona con la libertad social, ya que como individuo perteneciente a una sociedad se tiene libertades que permiten mostrar la opinión y el razonamiento propio. Para la ilustración es de gran importancia que “(…) el uso público de su razón tiene que ser siempre libre y es el único que puede procurar Ilustración entre los hombres (…)”. Por otro lado, el uso privado de la razón consiste en que cada individuo puede expresarse libremente pero este está realmente limitado por elementos más poderosos que el mismo sujeto, como lo son las organizaciones a las que se pertenece. Para este caso, podemos citar el conflicto de Claudia López puesto que ella escribió un artículo en el cual se expresaba de manera independiente pero no le importo que su artículo tuviese bastantes críticas hacia uno de los miembros de la familia dueña de este periódico.
Como dice Kant en su ensayo “¡Razonad todo lo que queráis y sobre lo que queráis, pero obedeced!”. Aunque se pueda razonar sobre todo lo que queramos, si se está ligado a una comunidad global, se tiene que tener en cuenta los límites y parámetros que están regidos por cada uno de las instituciones, para cumplirlos y así mismo respetarlos. Un claro ejemplo de esto, es el problema de Claudia López con el periódico El Tiempo. López estaba ligada a un uso de la razón privada ya que aunque ésta se podía expresar libremente, al trabajar en esta institución, tenía que seguir ciertas leyes y mantener algunos estatutos ya establecidos por la empresa. Al escribir en su columna acerca del escándalo de Agro Ingreso Seguro y sobre el manejo que El Tiempo le dio a la información y la relación con las figuras políticas que estaban envueltas en este problema, se dio un uso de la razón pública, donde expresaba autónomamente sus opiniones acerca de lo sucedido. Se puede decir que la periodista expresó sus opiniones sin tener en cuenta que desde donde ella las estaba expresando, no lo debería hacer porque iba en contra de uno de los dueños y así ella tuviera libertad de prensa estaba regida por ciertas normas internas.
Personalmente, pienso que estuvo mal hecho que Claudia López hiciera una crítica a su propia empresa y aunque su análisis era totalmente valido y acertado, ésta sabía que el uso de la razón privada tiene ciertos límites y leyes que toca cumplir porque ella tiene que mostrar y tener respeto por la entidad que hace parte, porque si pertenece a esta justamente, tiene el deber de ajustarse a los parámetros impuestos por la misma. No se puede esperar alguna otra reacción por parte de El Tiempo cuando una de sus periodistas estaba haciendo una gran crítica a las decisiones del trabajo periodístico de su mismo diario, y aunque ésta tiene el derecho a la libre expresión, cuando se está trabajando en una misma organización entonces toca atenerse a las consecuencias de cada una de las acciones realizadas. Realmente El Tiempo le niega a Claudia López, la libertad de expresarse por medio de esa editorial, al tomar el artículo como una renuncia y al aceptarla de manera inmediata, pero su libertad ontológica es independiente a eso porque ella es libre de pensarlo y seguramente después de todo lo seguirá pensando por más que este diario tome medidas en contra de la situación.
Finalmente, podemos decir que el uso de la razón pública y privada está relacionado. Para que haya razón pública tiene que haber sucedido en algún momento una razón privada, donde aquella persona que quería expresar abiertamente sus opiniones y pensar por sí solo, alejó el miedo a estar equivocado y dejando atrás la pereza, logró expresar sus pensamientos y razonamientos a un grupo de personas.
Personalmente, pienso que estuvo mal hecho que Claudia López hiciera una crítica a su propia empresa y aunque su análisis era totalmente valido y acertado, ésta sabía que el uso de la razón privada tiene ciertos límites y leyes que toca cumplir porque ella tiene que mostrar y tener respeto por la entidad que hace parte, porque si pertenece a esta justamente, tiene el deber de ajustarse a los parámetros impuestos por la misma. No se puede esperar alguna otra reacción por parte de El Tiempo cuando una de sus periodistas estaba haciendo una gran crítica a las decisiones del trabajo periodístico de su mismo diario, y aunque ésta tiene el derecho a la libre expresión, cuando se está trabajando en una misma organización entonces toca atenerse a las consecuencias de cada una de las acciones realizadas. Realmente El Tiempo le niega a Claudia López, la libertad de expresarse por medio de esa editorial, al tomar el artículo como una renuncia y al aceptarla de manera inmediata, pero su libertad ontológica es independiente a eso porque ella es libre de pensarlo y seguramente después de todo lo seguirá pensando por más que este diario tome medidas en contra de la situación.
Finalmente, podemos decir que el uso de la razón pública y privada está relacionado. Para que haya razón pública tiene que haber sucedido en algún momento una razón privada, donde aquella persona que quería expresar abiertamente sus opiniones y pensar por sí solo, alejó el miedo a estar equivocado y dejando atrás la pereza, logró expresar sus pensamientos y razonamientos a un grupo de personas.
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